viernes, 20 de febrero de 2015

83ª COMPETICIÓN: I TRAIL DE LA CAMELIA: ROZANDO LA GLORIA

Domingo, 15/2/15, 9:40 h.
I Trail de la Camelia (Vedra, La Coruña)
Distancia: 42 km
Desnivel acumulado: 2130 m. (1114 +)
Dificultad: media
Inscripción: 10 euros
Tiempo: 3h 27' 55"
Tiempo del 1º: 3h 06' 12" (- 21' 43") (los 2 primeros de otro planeta)
Puesto: 4º de 115
Avituallamiento: agua, powerade, fruta, barritas, empanada, bollos preñaos...
Trayecto desde Betanzos: 50 min. - 76 km
Puntuación: 9/10
Repetiría: SI
CLASIFICACIÓN

Guardada. En el disco duro de "carreras recordadas para toda la vida". Otra muesca para el libro de oro de grandes carreras. Y eso que el respeto a la distancia era inmenso. Y la incertidumbre por lo que podía pasar, debutando hace 1 mes en la montaña y con apenas 1 carrera de 25 km a las espaldas, era inmensa. Pero las ganas también. Así que tocó debutar en un maratón. Y la historia empieza así...
7:15 h. Buff, y yo tan contento porque sólo madrugaba en los tris... No pasa nada, hoy voy con las ganas a tope y concentrado desde el minuto 1. Desayuno, repaso todo, me visto en "modo trailero" y salgo pitando a por Pablo, mi compi pirenaico en esta gira montañesa de inicio de temporada. Otro loco que se ha apuntado a sufrir durante 42 km. Y es que en compañía se lleva mejor. Una hora más tarde ya estamos aparcando en Vedra, con una ligera llovizna que nos da la bienvenida y un poco de "fresquito llevadero".
Tenemos el tiempo justo para preguntar al montón de ciclistas que están preparando las monturas donde se recoge el dorsal, caminar los 500 metros que nos separan de la zona de salida, pillar los dorsales y volver al coche a preparar los últimos detalles antes de la batalla. Con todo listo para conquistar el Pico Sacro, volvemos a la "zona 0" con los últimos consejos de Pablo sobre cómo colocar el cinturón con el bidón, que no paraba de botarme. Claro, lo llevaba demasiado abajo, es lo que tiene ser novato... Sin tiempo a calentar decidimos hacer una visita a los aseos y tenemos que sortear a los cientos de ciclistas (350, agotaron inscripciones) que ya están preparados para la salida. Justo a tiempo. Nos colocamos bajo el arco de meta junto a los otros 115 valientes con las pilas cargadas y los nervios a flor de piel. 300 pensamientos chocan sin parar en mi cabeza (¿por qué no he calentado?, ¿llevaré geles suficientes?, ¿me molestará el bidón?) mientras Pablo me habla sobre los favoritos. Mi cabeza no procesa más información, estoy deseando que den la salida y que empiece la fiesta. Pero tenemos que esperar casi 10 minutos, me imagino que para dar tiempo a los ciclistas y no interrumpirnos ya en la salida. Más nervios. Por fin, el speaker empieza la cuenta atrás, me despido de Pablo hasta dentro de un rato y... ¡acción!

Por delante, mi primera maratón de montaña. En mi cabeza tenía la chuleta bien aprendida: primera parte (de unos 15 km) a mantener un ritmo cómodo, la segunda (9 km de duro ascenso) a no gastar las fuerzas y ahorrar para poder remontar posiciones en la 3ª (otros 16-17 km) si no me encuentro de frente con el famoso "muro". Pero claro, esto se piensa antes de la prueba, una vez metido de lleno... ya es otro cantar. Pequeña recta, giro a la izquierda, y larga recta picando hacia abajo. Me coloco con los de delante y a los 500 metros voy en el grupo de cabeza de unos 15 corredores. Entre ellos, los cracks Luis Calvo, Lois Rodríguez y Fernando Arca. Poco a poco los favoritos empiezan a tirar y decido ser conservador, pensando en todo lo que queda. Así que los primeros desaparecen cuando nos metemos en el monte y me quedo sobre el puesto 15-20.

Aún con un pelotón bastante compacto, sobre el km 2 llegamos al primer cortafuegos, de los de subir a gatas. Para calentar, nos dice uno de los voluntarios. Y tanto, ya voy sin aliento. Una vez superado adelantamos a los primeros rezagados de las bicis. Los adelantamos sin muchos problemas y entramos en una zona de bosque lleno de hojas, con un continuo sube y baja. Me coloco detrás de otro chico a la caza y captura de 2 que van por delante. Vamos tan concentrados que casi no escuchamos los gritos por detrás, nos hemos equivocado de camino. Y los de delante, también. Vuelta unos 200 metros viendo cómo unos cuántos de los que iban por detrás nos adelantan. Qué rabia da. Engancho con ese grupillo y me quedo de último para no volver a perderme. Después de 2 rápidos kilómetros llegamos a una zona muy chula pegada al río, bastante llana aunque hay que ir zigzagueando y esquivando árboles.
En este tramo veo que un chico empieza a despegarse por delante y decido arriesgar un poco. Dejo atrás a los otros 4 o 5 y pongo el "modo lapa", a 3-4 metros por detrás para poder ver dónde piso y tener tiempo a esquivar. El ritmo es muy bueno. Tanto que nos vamos despegando de los que venían con nosotros. Dudo si aguantaré todo lo que queda así, pero prefiero no pensarlo. Pasan los kilómetros y de vez en cuando nos vamos cruzando con los ciclistas, con los que compartimos algunos tramos. En uno complicado cerca del río, muy estrecho y con barro, mi "guía" adelanta y a mi me cierran el paso. El corazón se acelera pensando en que voy a perder "la rueda buena" y arriesgo con un adelantamiento complicado... tanto que casi me voy de cabeza al río. Pero por suerte había un árbol al que puedo agarrarme y sigo en carrera con un susto a la espalda. Poco después nos pasa uno de los que se 
había equivocado en el primer tramo (a la postre el 3º clasificado), va muy fuerte y se le ve profesional, aunque conseguimos llevarlo delante un par de kilómetros. También nos pasan otros 2 corredores y me asombra ver el ritmo que llevan con todo lo que queda (al final mi sentido común me dio la razón). Pasamos el primer avituallamiento (km 6), bebo un poco de isotónico, un vasito de agua y a seguir. Los siguientes kilómetros son por el borde del río, bastante llevaderos y con la cabeza pensando en la subida que se acerca y en cómo responderán las piernas. Iremos en torno al puesto 15 y las sensaciones son muy buenas por el momento. Pasamos el 2º avituallamiento de largo, donde hay un montón de ciclistas haciendo un picnic, pero ni bebemos porque está colocado en la ruta ciclista a casi 100 metros del lugar por dónde pasamos. Así que toca seguir esquivando piedras y barro.
Km 15. Todo en orden. Empieza lo bueno. Como venía marcado en mi planning, me tomo un gel sin cafeína antes de la fiesta. Iniciamos la ascensión con largas cuestas con poco desnivel, pero de las que te van haciendo cosquillas y dejándote sin fuerzas. Se agradece también algún llanito antes de escalar algunos cortafuegos de los de echar la mano a tierra y rezar por no caer a rolos hacia atrás. Como buenas cabras, David (el chico al que le "pillé la matrícula", al final tuve que presentarme y fuimos hablando casi todo el camino) y yo empezamos a pasar a algunos corredores que habían gastado antes de tiempo o que no tenían buen ritmo de subida. Pero en un pequeño tramo de carretera, después de 2 km subiendo a David se le nubla la vista y se equivoca con un giro a la derecha, llevándonos a 2 detrás. Tras una buena bajada llegamos a un llano sin salida. Nos ponemos a buscar por los lados cintas de señalización pero no vemos nada. Al final decidimos volver por donde vinimos y sí, había
que seguir recto. ¡Qué rabia! Aquí perdimos casi 2 minutos y nos ha pasado un corredor. No pasa nada, aún no estamos ni en la mitad y quedan más de 6 km de subida!! Llegamos al km 18, 3º avituallamiento y aquí ya hay una merendola en toda regla de los BTTeros... ¡así cualquiera! David y yo a lo nuestro, trago de isotónico, otro de agua, un mordisco a un plátano y.... ¡luuumeee! A seguir subiendo. Continuamente vamos pasando a ciclistas que ya van justitos, esto me anima para mi reto de los 101 peregrinos, creo que a ese ritmo puedo ir perfectamente con mi "Rockrider". Con estos pensamientos llego a los kilómetros más complicados de la prueba, a 5 km de coronar el Pico Sacro, sin duda lo más duro de la carrera. Aquí nos regalan tramos largos con poco desnivel con cortafuegos de quitar el hipo. En estas zonas David se desenvuelve mejor (quedó 2º en el 101 peregrinos hace 2 o 3 años) y 
tengo que esperar a los tramos llanos o "medianamente asfaltados" para recuperar lo que me saca en las zonas técnicas. Y en estas llegamos a "LA BAJADA". Sí, sí, con mayúsculas. Para abrirme la cabeza. Sobre 500 metros de zanjas enormes con piedras gigantes y un desnivel de la leche. Aquí decido no arriesgar nada y David me quita las pegatinas, distanciándose cerca de 1 minuto y también me adelanta otro corredor al que habíamos pasado previamente. Pero consigo llegar sano y salvo abajo y saco el lactato a pasear para recuperar lo perdido. Justo antes de "LA SUBIDA" pillo al otro corredor, pero cuando miro hacia arriba ya no veo a David. Lo que viene ahora es difícil de explicar. Seguramente la cuesta más dura que he subido hasta la fecha. Casi 1 km (o eso me pareció, porque estuve 15 minutos subiéndola) andando a izquierda y derecha esquivando zanjas, a veces a 4 patas,
 y con tortículis de tanto mirar para arriba. Ahora sí veía a David, pero subir cada metro era una victoria, sobre todo con el dolor de lumbares de ir como Chiquito. Por suerte, en algún momento se tenía que acabar, aunque aún nos regalan otros 300 metros no tan duros para llegar a la capilla de la cima. Casi sin tiempo para apreciar las vistas (que por cierto, no nos llovió en toda la prueba, buen día para correr) inicio una bajada por escaleras intentando visualizar a David para ver cuánto me saca. Piso asfalto y veo el 4º avituallamiento (km 24) y a David saliendo de él a toda velocidad. En un segundo barajo mis opciones: a) como algo, recupero el aliento y trato de pillarlo o b) mando todo a la m... y me pongo otra vez a rueda. Sólo necesito medio segundo para decidirme, así que paso volando por el avituallamiento con el tiempo justo a pillar un vaso de agua y aumentar zancada en busca de mi objetivo. 1 km después consigo
ponerme a rueda y aprovecho para comerme la barrita sin bajar el ritmo. Conseguido. Más contento que unas castañuelas por haber cumplido mi objetivo, me pongo a su lado y volvemos a establecer charleta sabiendo que no me va a regalar nada en un momento dado. Los siguientes kilómetros son bastante llevaderos, por donde discurre el Camino de Santiago, volvemos a aumentar el ritmo aprovechando el llano. Uno de los voluntarios nos dice que vamos 7º, que han abandonado 2. Subidón. Pero los kilómetros del muro se acercan y no las tengo todas conmigo, sobre todo porque el 
bíceps femoral derecho empieza a quejarse. Obviamente, no le hago caso (y cruzo los dedos). Km 30, 5º avituallamiento, agua y a seguir, casi ni saludamos. Aquí pasamos a otro que "ha pinchado" y aumenta la adrenalina. Los siguientes kilómetros mezclan carretera con monte, alguna subida, cortafuegos... los ciclistas ya van cascados y nos animan, todo suma. En una "pared" que nos lleva hasta la vía del tren vemos a un corredor por delante a unos 200 metros y me vengo arriba. Miro para el lado y David se va quedando. Lo animo pero no va, me dice que tire. Intento que me coja rueda pero no puede, así que, una vez llegados a este punto, meto la marcha que me queda y coloco el cuchillo entre los dientes. 1 km después, en una larga subida lo paso y no hace ni el amago de seguirme. Miro hacia atrás y veo a David a lo lejos, está intentando aguantar pero va al límite. De repente, miro hacia delante y veo una
camiseta de color naranja. Es Arca, uno de los grandes favoritos, que se va tocando los isquios. Ahora sí, recojo todos los gramos de energía del cuerpo y los inyecto directamente en las piernas. Sin reservas. Lo adelanto y me anima. Ya no sé ni en qué puesto voy de los nervios. Eso sí, no me guardo nada. Tengo que distanciarme. Miro hacia atrás en una larga recta y viene detrás. Buff, a sufrir. Me lanzo a tumba abierta en las bajadas, pasando el último avituallamiento (km 36) sin pararme y cogiendo un vaso de agua como si fuera un 10000 de carretera. Menos mal que me había tomado un gel con cafeína unos kilómetros antes!! Y es que con lo que me ha costado llegar hasta ahí, como para regalar segundos... Con la emoción y la presión del momento, en otro cortafuegos me dicen que voy 4º y que quedan 4 kilómetros. El corazón se me sale del pecho, las piernas van solas, la cabeza no para... A full. Miro para atrás cada 300 metros y pregunto a cada
voluntario cuanto queda. Parece que el tiempo no avanza, hago cálculos cada 2 minutos y no dejo de mirar el reloj. En una de estas me doy cuenta que me ha caído el dorsal (que lleva el chip incorporado), con lo que sumo otra preocupación pensando en que me van a descalificar. Pero sigo sin bajar el ritmo. Otro giro de cabeza y no viene nadie, así que creo que lo voy a conseguir. Los últimos 2 km se me hacen eternos, una zona de monte llena de charcos y barro que ya ni esquivo, paso por el medio como si fuera en la bici de montaña, mi cabeza sólo visualiza la entrada en meta. Por fin, y seguro ya de que no me van a coger, entro en la última recta con fuerza y tras un giro a la izquierda veo el arco de meta y levanto los brazos. Entro "cantando" el dorsal en 3h 27' 55" y me dicen que he sido 4º. Sin palabras. No voy a mentir, da mucha rabia la medalla de chocolate, más aún sabiendo que el 3º me sacó poco más de 2 minutos, pero ya un poco más
en frío... ¡espectacular! La gente me pregunta por Arca y les digo que yo soy novato, que ni idea de quién es, pero creo que pinchó. Me miran con cara de incredulidad, no me conoce ni el tato...jajaja Más feliz que una perdiz me voy al coche a coger la mochila, previo paso por la zona de "ágapes" donde cojo un par de galletas rellenas muy ricas y un plátano. Por el camino hablo un rato con algunos compañeros de fatigas (y es que 42 km dan para mucho) y llamo a Patri para contarle mi debut. No se lo cree. Normal, yo tampoco. En plan Robocop llego a la ducha. Sorpresa, está fría (es irónico). Da igual, ni siento ni padezco. Bueno, un poco sí. Tiritando consigo vestirme y voy a meta a esperar a Pablo. Allí plantado me encuentro a David (al que finalmente saco 5 minutos, iba fundido) y hablamos un rato. Poco después me entero que van a hacer un sorteo allí al lado y al entrar a un pequeño local veo el "regalo final": refrescos, cervezas, empanada, bollos preñaos (gigantes), bizcochos, sandwiches... ¡para parar un tren! Así da gusto. Hago un recovery en 
condiciones y vuelvo a la zona de salida, donde me encuentro a Pablo tiritando... ¡lleva 20 minutos buscándome! Y es que se marca otro tiempazo, entrando el 35º en 4h 21'... ¡impensable! Otro crack. Lo acompaño y mientras se ducha vuelvo al "recovery". Me tomo con él unas cuántas calorías más e iniciamos viaje de vuelta, con la satisfacción de un gran debut, con la idea clara que los entrenos están dando sus frutos y que todo va por buen camino. Definitivamente, el trail me ha enganchado y ya pienso en la siguiente, el 1 de Marzo en Laracha, 21 km para seguir disfrutando de la montaña.
 - CIRCUITO BIEN SEÑALIZADO Y ENTRETENIDO
- BUENOS AVITUALLAMIENTOS (EL ÚLTIMO INCREÍBLE)
- SIN COLAS PARA RECOGER EL DORSAL
- AMBIENTE POPULAR Y "TRAILERO"
- ZONA PARA APARCAR CERCA DE LA SALIDA Y LAS DUCHAS
- PRECIO / CALIDAD DIFÍCIL DE SUPERAR (10 EUROS)
- SORTEO DE REGALOS
- VOLUNTARIOS DE 10
- AGUA FRÍA EN LAS DUCHAS
- COINCIDENCIA CON LAS BTT (PEQUEÑAS PÉRDIDAS DE TIEMPO PARA ADELANTARLOS)








En resumen, una carrera para enmarcar, mucho mejor de lo esperado (a pesar de quedar tan cerca del podium) y que me deja grandes sensaciones para todo lo que viene y para futuros retos que afrontaré en los próximos meses... ¡nos vemos en Laracha!

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