domingo, 8 de mayo de 2016

114ª COMPETICIÓN: TOXIZA CLASSIC XTREME 2016: SOBREVIVIENDO A ESPARTA

Domingo, 1 de Mayo de 2016, 8:00 h.
TOXIZA CLASSIC XTREME 2016
Lugar: Mondoñedo (Lugo)
Distancia: 40 km (también hay prueba corta de 20 km)
Dificultad: media
Desnivel: 4000 metros
Inscripción: 20 euros
Tiempo: 4h 09' 13"
Tiempo del 1º: 3h 50' 06" (- 19' 07")
Puesto: 5º de 50
Avituallamientos: agua, isotónica, frutos secos, fruta...
Nutrición en carrera: 2 geles (km 16 y 26), agua e isotónico
Ropa utilizada: mallas piratas, medias, camiseta manga larga y calcetines hoko, cinta para la cabeza.
Zapatillas utilizadas: Adidas Raven Boost
Trayecto desde Betanzos: 1h - 100 km
Puntuación: 8/10
Repetiría: SI
CLASIFICACIÓN
Km 22. Voy en 6ª posición, intentando coger alguna referencia por delante cuando de repente piso una zona embarrada y... ¡desaparece mi zapatilla! No puede ser, otra vez no. Pero retrocedamos al principio.

6:30 h. Me despierto más fresco que una lechuga en el impresionante Seminario de Mondoñedo (que tiene una zona de hostal) después de cenar la noche anterior con Patri y algunos compañeros del club, que fue lo que finalmente me hizo decantarme por esta prueba y no por la ultra de Ribeira. Como estamos a 100 metros de la salida y a pesar de que la hora de inicio (8:00 h) es significativa, decido no ejercer de búho
y descarto la opción del madrugón para hacer la digestión del desayuno.
Así que me levanto, desayuno, me preparo y aún me sobra tiempo para descansar un rato en la cama y salir a las 7:45 h. hacia la Catedral, donde están el resto de compañeros. Troto 3 minutos escasos, fotos y a la salida. Por delante, 40 km con más de 4000 metros de desnivel y nombres importantes como Arca, Borja Varela, Rubén Seco, Iván Barreiro, Pablo Calaza... todos esos ilustres montañeros que se han ido forjando un nombre a lo largo de los años y otros que vienen pisando fuerte. La salida de la prueba corta (20 km) y la larga es conjunta, en total unos 200, aunque en la de 40 km somos 50. Me despido de los compis y me coloco en las primeras filas, detrás de Abu y Jesús, del club, que van a la corta y pelearán por el podium. A última hora decidí llevar la camiseta de manga larga por si acaso, pero mirando al cielo tengo claro que voy a pasar calor. Me ajusto el dorsal y... ¡acción!
8:00 h.  (40 km - 4080 m. desnivel)
Arrancamos en manada y, como siempre, mientras callejeamos para salir de Mondoñedo, voy ganando posiciones hasta colocarme en el vagón de cola del grupo de favoritos, unos 10 corredores mezclados larga y corta. Después de 1 km llaneando, pisamos monte y empieza la subida, sin anestesia. Miro hacia atrás y ya hay corte. Decido pegarme a Jesús porque creo que es un ritmo bueno y vamos a relevos, a ratos andando y otros corriendo, aunque algunas zonas te suben las pulsaciones al máximo. El ritmo es fuerte y vemos a Arca y compañía a lo lejos, pero en el km 3 llegamos a la primera bajada técnica de unos 500 metros y me quitan las pegatinas, me quedo sólo y pierdo más de 1 minuto por no jugarme los tobillos. En un pequeño llaneo tras la bajada me caza Martín, uno de los
organizadores, y vamos hablando un rato hasta que llegamos a uno de los platos fuertes de la mañana, la subida a Toxiza, varios kilómetros picando para arriba hasta coronar. Nos pilla Eleuterio, otro conocido, "veterano del Vietnam", que falla al igual que yo en las bajadas. Va como una moto y dudo si seguirle, pero viendo que Martín conoce el terreno y queda mucho me pongo a rueda y acierto, porque 500 metros después lo cazamos andando en una subida y formamos un grupito de 3 situados en torno al 9º puesto. Vaya rompepiernas. Sin tiempo a recuperar, las subidas se suceden y las piernas largas de Martín nos van dejando atrás poco a poco, aunque cazamos a Iván Barreiro, que no es manco. Nos despedimos de Martín, que se escapa por delante, y en un tramo bastante empinado Eleuterio se va quedando. Abandonamos el pisteo y nos adentramos en los montes lucenses, consiguiendo un "tatuaje made in Toxiza" de recuerdo en la mano derecha.
Km 7. Trato de recuperar el aliento detrás de Iván mientras intento ver el final de la subida. Aún queda. Cazamos a otro de la corta y se une. Por fin, km 9, coronamos la Toxiza, vaya vistas. Sin tiempo a disfrutarlas, nos lanzamos monte abajo y poco después se separan las 2 distancias y me vuelvo a quedar sólo con Ivan. Llegamos a una zona de bosque en donde se alternan bajadas técnicas con tramos llanos e irregulares, en donde tienes que poner los 5 sentidos y si tienes el 6º, mejor. No me queda otra. O arriesgo bajando o se me va. Lo hago. Me pego a él como si no hubiera un mañana y consigo aguantar los envites a costa de mi maltrecho tobillo. Hay algunas zonas muy embarradas y al pisar nos cubre por las rodillas. En una Iván desaparece casi hasta la cintura y decido dar un rodeo. Pasamos de trail a Spartan Race. Sobre el km 14 vemos a un corredor y 1 km después lo cazamos. Es Pablo Calaza,
que se une al dúo y después de los ánimos de Bea llegamos al 2º avituallamiento, en donde cometo el mayor error de la carrera. Me paro a tomar un gel con agua e isotónico e Iván aprovecha para sacarme unos metros, puesto que lleva "camelback". Arranco de nuevo pensando en cogerlo, pero los 200 metros que me saca van aumentando, porque hasta ahora sólo me preocupaba de seguirlo y de repente tengo que mirar al suelo y a las cintas que señalizan el recorrido. Imposible. El Sol refleja, las cintas son blancas y los siguientes kilómetros son horribles, parándome cada 2 por 3 buscando las señales. He perdido la rueda buena. Al menos he cogido distancia con Pablo y me sitúo, sin saberlo, en 6º posición. En los tramos que veo las marcas a lo lejos aprieto para no perder aún más tiempo y en una zona rápida y embarrada apoyo la zapa y... ¡desaparece! Me giro lo más rápido posible pero ya es tarde. Otra vez no.
Empiezo a sacar barro y nada. Mi cabeza se va al trail de Arteixo, donde casi abandono y tuve que esperar 20' a que me dejasen otras zapas. Aquí no hay solución. Después de 3 minutos sacando barro sin éxito, estoy a punto de sentarme y abandonar, con mucha rabia e impotencia. En el último intento... ¡aparece! Menos mal, le saco todo el barro posible y a seguir, 5' perdidos pero vuelvo a estar en carrera y sin perder posiciones. Si tengo que abandonar otra vez por esto me hago el hara-kiri. Con fuerzas renovadas por la alegría de continuar parece que recupero un poco de energía y llego al 3º avituallamiento (km 26) con ganas; allí está Martín, el chico que se nos había escapado en la subida, con cara de "no puedo más", creo que al final abandonó. Me tomo el 2º gel (con cafeína), le doy ánimos y a seguir. Toca ponerse de nuevo el mono de trabajo. Hay que coronar de nuevo otro pico (Cabana de Vella) y echo manos a los cuádriceps
para caminar más de 1 km con el ácido láctico saliendo por las orejas. Buff, y aún queda. Pensé que no era tan dura. Lo bueno es que miro hacia atrás y no viene nadie. Por fin llego arriba y unos caballos me vienen a recibir corriendo por la cima, qué chulada. Tocan unos kilómetros cresteando, con mucha visibilidad de los tramos y en donde se ve con facilidad más de 1 km hacia delante y hacia atrás, para controlar la distancia con el resto. En mi caso es fácil, no se ve a nadie. Llaneo sintiéndome un privilegiado con unas vistas espectaculares, camino un poco en una pequeña subida, calculando más de 10 minutos con el que me sigue y administrando fuerzas. Otra bajadita y a lo lejos veo a gente en un alto, es el último avituallamiento, a 7 de meta. Bebo un poco de agua y suelto un suspiro cuando veo el plato fuerte de la prueba (que ya me esperaba), una bajada interminable de varios kilómetros, en donde el primero

es estilo "coge el queso rodante de Gloucester". Con lo bien que se me dan las bajadas y 33 km en las piernas... pues tocaba no arriesgar nada e intentar que la rodilla izquierda no me doliera aún más, ya iba pidiendo descanso. Troto suave intentando buscar el apoyo más plano posible y a la vez buscando las marcas, algo que me costó algunos segundos y momentos de tensión, sólo me faltaba perderme. Después de ese primer km la bajada suaviza un poco aunque se me hace eterna. Por fin el monte se nivela, callejeo por un pequeño pueblo y cuando veía ya Mondoñedo a lo lejos y me las prometía felices me indican de nuevo al monte, de regalo un rodeo de 3-4 km con una subidita tendida de cerca de 1 km. ¡Qué ganas de acabar! Esta última parte, después de tanto tiempo en solitario y con las fuerzas justas se me hace eterna. Intento mantener el ritmo, aunque sé que mi posición no cambiará, me lo tomo como entreno para las ultras que ya llegan. Y por fin,

después de este tramo por pista sube y baja interminable, piso asfalto y miro el reloj, marca 39  y mis piernas parece que se reactivan, aprieto para llegar a meta cuánto antes. Bajada rápida, llego a Mondoñedo y pregunto por dónde es la meta. Nadie me dice nada, no veo señales y tiro por dónde conozco, hacia la Catedral. Y justo cuando voy a entrar en meta me avisan que no es por ahí, que tenía que rodear un edificio. Les pregunto si vuelvo hacia atrás y me dicen que no, que gire por detrás de las vallas y que entre, que no pasa nada. Así que después de un montón de anécdotas, subidas y bajadas entro en meta en 5ª posición con un tiempo de 4h 09' 13", a menos de 20' de Arca, que para mí es una pasada. Eso sí, con la rodilla izquierda cogida con pinzas y bastante dolor. Saludo a los del equipo, 


bebo un poco y me voy con Patri (que me estaba esperando por el lado correcto de entrada a meta) al monasterio a ducharme. Antes de llegar ya no siento las piernas, estilo Robocop. Para rematarla me doy cuenta que rompí las mallas en una rodilla por una caída en los kilómetros finales. Menos mal que la ducha es reparadora y el viaje de vuelta es corto, así que la sonrisa por otro buena carrera no me la quita nadie. Otro fin de semana perfecto disfrutando de los montes gallegos con "mi gente". Próxima parada: UTPE... palabras mayores.








 - Zona de parking pegada a la salida/meta
- Lugar de salida perfecto, centro de un pueblo espectacular
- Señalización buena (aunque había alguna zona dudosa)
- Recorrido muy chulo, con algunos tramos increíbles.
- Ambiente trailero y poco masificado, con muchos amigos.
- Avituallamientos suficientes y comida final gratis (aunque no me pude quedar)
- Bolsa del corredor: cerveza, habas, magdalenas, miel...
- Duchas pegadas a la meta, en el monasterio
- Hora de salida: 8.00 h. Te obligaba a dormir allí (como así hice) o a pegarte un madrugón interesante.
- Poca animación, sobre todo en la llegada a meta... ¡lo que vale un buen speaker!


No hay comentarios:

Publicar un comentario