jueves, 21 de abril de 2016

113ª COMPETICIÓN: MARATÓN CORUÑA 42: CUMPLIENDO UN SUEÑO

Domingo, 17 de Abril de 2016, 8:30 h.
MARATÓN CORUÑA 42
Lugar: La Coruña
Distancia: 42,195 km (3 vueltas)
Dificultad: media (llana)
Inscripción: 25 euros
Tiempo: 2h 53' 26"
Tiempo del 1º: 2h 29' 24" (- 24' 02")
Puesto: 41º de 1000
Avituallamientos: agua, isotónico, fruta, bollos...
Nutrición en carrera: agua, isotónico, 1 gel con cafeína (km 30)
Ropa utilizada: mallas cortas (craft), camiseta corta (hoko), medias compresión (compressport), calcetines hoko y cinta para la cabeza
Zapatillas utilizadas: New Balance 890v4
Trayecto desde Betanzos: 25 min. - 25 km
Puntuación: 8/10
Repetiría: SI
CLASIFICACIÓN
Km 25. Como un reloj, acompañado por un chico del Nosportlimit, a ritmo de 2h 48', mis sensaciones son fantásticas. De repente piso una piedra y el dolor se hace tan insoportable que creo que tendré que abandonar. No puede ser. Demasiado bonito para ser cierto. Pero rebobinemos hasta la línea de salida.
6:30 h. Y llegó el día. Tantos años queriendo correr una maratón y justo tuvo que ser la temporada que menos asfalto he pisado para atreverme a estar en la línea de salida. Como cualquier día grande, mi cuerpo "me avisa" antes de que suene la alarma y las ganas impiden que aparezca la pereza. Salto como un reloj, desayuno (leche, galletas, magdalena y cereales) lo de siempre, me pongo la ropa que después de muchas vueltas voy a llevar y finalmente con Patri que no puede dormir tampoco salimos hacia Coruña con la esperanza de encontrar un sitio cerca de María Pita.
No problem. De algo tiene que valer haber vivido allí hasta los 25. Aparco sin problemas y me voy a dejar la mochila y calentar un rato. Imposible. Me encuentro a Pablo, charlamos un rato y casi se me olvida ir al baño. Para variar, los de la salida están a reventar y el Palexco está cerrado. Decido ir a los del parking y hay menos gente. Aun así, salgo al Obelisco 10' antes de la salida, el tiempo justo para ir a hacerme la foto con mis ex-compañeros del Triatlón Coruña, saludar a los nuevos del Club Atletismo Sada y ponerme en la salida, en el cajón 2, para hacer un tiempo entre 2h 45' y 3h. Muchos conocidos (corro en casa) y los nervios a flor de piel. Somos cerca de 1000 valientes, el tiempo parece que, después de muchos cambios, va a acompañar y me coloco junto a Javier Tourís, liebre de 2h 45'; y es que, a pesar de ser mi debut, creo que tengo las piernas (y la cabeza) para hacer una buena marca. Minuto de silencio. Qué ganas de salir. 3, 2, 1... ¡empieza la fiesta! Objetivo claro. Me pego a Javier y su globo con la intención de no despegarme ni con agua hirviendo. Por delante, 3 vueltas de 14 km prácticamente llanas con el paso por los lugares más emblemáticos de la ciudad (con permiso de la Torre, el Castillo de San Antón... ¡es que hay muchos!). Recta de Los Cantones, giro a la derecha y vamos ganando posiciones. Plaza de Pontevedra, giro a la derecha de nuevo y enlazamos el paseo. Km 1. Voy demasiado cómodo. El reloj marca 4'05", me extraña porque Javier me dijo que iba a intentar clavar los 3'54" desde el principio. Vamos un grupo de unos
10 corredores junto al globo  y de vez en cuando lo vamos rematando de cabeza, por ahora todo son risas. Km 2. De nuevo a 4'05". Pienso que mi reloj está mal, pero voy demasiado fácil. Pasamos la Domus y el globo que lleva Javier decide seguir su camino; y parece que Javier también, porque de repente se vio "liberado" y aumentó el ritmo, dejándonos a la mayoría con una mano delante y otra detrás, si hago ese cambio a estas alturas no llego ni a la media. Decido quedarme con un chico del Nosportlimit y giramos en la Casa de los Peces para continuar por el paseo marítimo hasta el Estadio de Riazor. Km 3, hotel Tryp, toca una banda de música y hay muy poco ambiente. De todas formas, se agradece. Cazamos a un chico de Betanzos que entrena conmigo de vez en cuando y viene a hacer 2h 50', formando un trío; pasamos el km 4 clavando el ritmo de 4'/km y voy más contento que un ocho. Estadio de Riazor, giro y vuelta a la Plaza de Pontevedra, a recibir los ánimos de la gente y girar a la derecha en Los Cantones hacia la Casa del Mar. Aquí llegamos a la zona más psicológica, rectas largas y con escasa animación, además de un pequeño repecho antes de una rotonda que te obligaba a subir pulsaciones si tu compañero, como era mi caso, no bajaba el ritmo ni un segundo. En la recta de Oza, ya pasados 8 km, el chico de Betanzos ya se ha quedado y sigo con el de Nosportlimit hablando de vez en
cuando, aunque lleva cascos. De nuevo a Los Cantones y toca recorrerlos enteros, pasar por la zona del Obelisco (otra de las zonas más animadas), girar en La Marina y completar la 1ª vuelta. Km 14, ritmo de 4'/km y voy perfecto, sin beber ni comer nada por el momento. En torno al puesto 30. Se nos engancha otro chico pero apenas aguanta 2 km. De nuevo en el paseo, me entretengo viendo a los corredores que me cruzo e intercambio saludos con los que conozco, que son unos cuántos. Berto y Felipe, del CAS, van de liebres de 3h 45' y llevan a un buen pelotón detrás. También Monti y Pablo's del Tri Coruña participan, pero no van tan cómodos, el paso de los kilómetros empieza a pesar. Avituallamiento del Tryp, bebo un vaso de agua. A seguir. Giro en el Estadio de Riazor y Javier, la liebre de 2h 45', nos sacará menos de 2 minutos, vamos muy bien. Plaza de Pontevedra, pasamos la alfombra de la media
maratón en 1h 24' 30", no me lo creo. De respiración voy perfecto y de piernas también. El día acompaña... ¿estaré soñando? De nuevo Casa del Mar, repecho en la rotonda que me obliga a apretar un poco los dientes para no perder a mi compañero y antes de girar hacia la zona de Oza me distraigo mirando a los que vienen por el otro lado. Error. En esa zona hay mucha piedra suelta y de repente piso una con el pie derecho. Igual que si me hubiera clavado una punta en el medio del pie. Un dolor insoportable. Intento mover el pie y cojeo durante unos metros a ver si me pasa. Nada. No me lo creo. Piso fuerte y el dolor sigue igual, por mi cabeza comienza a coger fuerza la opción de abandonar, km 24. Quedan 18 y no aguanto ni de broma. Aún así, decido apretar los dientes y rezar para que se pase mientras intento a duras penas seguir el ritmo de mi compañero. Qué rabia. Al final de la recta mis dedos se contagian de la planta del pie y
comienzan a quejarse del impacto por la parte de delante, sobre todo los del pie derecho, no sé si por cambiar la forma de pisar debido al dolor en la planta o porque llevo meses corriendo trails con zapas más anchas y cómodas. No puedo. Impotencia. Eso es lo que siento cuando le deseo suerte al chico de Nosportlimit y tengo que bajar el ritmo porque no aguanto el dolor. A partir de aquí toca utilizar la cabeza y analizar opciones. Giro en la rotonda y vuelta, bebo un vaso de isotónico y cambio el chip, pensando en que este sufrimiento iba a llegar tarde o temprano. Recta de Los Cantones, cada vez hay menos gente pero animan y eso es un plus. Giro, km 28 y a por la última vuelta. Cazo a un chico y nos animamos, llegando juntos al Paseo Marítimo. Aquí el dolor de la planta prácticamente ha desaparecido, aunque con el machaque de los dedos voy servido. Nos cogen 2 corredores. Otro más. 
Grupito de 5 que intento mantener pero al pasar por Salesianos decido tomarme un gel con cafeína, bajo el ritmo y se me van. Tomo también un vaso de agua y a seguir descontando kilómetros. Sentimientos encontrados. De pulmones, respiración y fuerzas voy perfecto. Pero las piernas se quejan y los pies están cada vez peor. Recta de las playas, intento mantener distancias. Giro en el Estadio, faltan 10 km, de sobra para hacer menos de 3 horas al ritmo que llevo. Plaza de Pontevedra, Casa del Mar, me pasa otro chico y casi ni lo veo, no sé si es el muro pero las sensaciones no son nada buenas. Recta psicológica de Oza y, por arte de magia, al girar a la derecha hacia los Cantones, a falta de 2 km, me vuelvo a animar y aumento el ritmo, cazando a un par de corredores. Me queda 1 km, lo voy a conseguir. Aquí es cuando se olvidan los dolores y echas el resto. Paso a otro a la altura del Teatro Colón y hago el kilómetro
más rápido de la carrera, animado por compañeros, familia, mi sobrino Luca... ahora mismo podría correr 5 km más. Tarde. Giro a la izquierda para entrar bajo el arco de María Pita y ver a 2 corredores a 15 metros. Dudo si esprintar para adelantarles o no. Acelero y freno. Me da rabia pasarles justo al final. Pero igual también me lo merezco. Casi cuando los voy a adelantar escucho a Patri animando en un lado y me freno para verla. Tampoco voy a ganar nada. Saboreo el momento. Me freno para entrar en meta en solitario y paro el crono en 2h 53' 26", puesto 41º de casi 1000 participantes. Buen debut. Se me escapa un poco el tiempo que tenía en la cabeza, pero he cumplido mis expectativas con creces. Rápidamente vienen amigos, mi sobrino, cuñado, Patri... y llegan tan rápido las felicitaciones como el dolor de piernas, convirtiéndome de nuevo en un "zombie viviente", casi no puedo ni desatarme los cordones. Buff, lo que me queda. Junto a mi sobrino recojo el avituallamiento final (bastante pobre para la calidad de la prueba: agua, powerade, naranja, plátano, bollito de chocolate), grabamos el tiempo en la medalla (más de 20 minutos esperando, y sólo tenía a 10 delante), hacemos unas fotos chulísimas y recojo la mochila. Cada vez me cuesta más andar. Nada que no arregle una buena ducha recuperadora y un "recovery" a base de churrasco y criollos. Saboreando mi primera maratón. Y pensando ya en bajar el tiempo el año que viene. Porque... ¿quen dixo medo?

 - Ambientazo con tantos corredores. Es espectacular correr con tanta gente.
- Recorrido muy chulo. Quitando alguna zona, un lujo disfrutar de mi ciudad.
- Medalla y camiseta finisher, para un gran recuerdo.
- Buenos avituallamientos, aunque casi no los probé.
- Kilómetros bien señalizados.
- Cajones de salida, importante con tanta gente para no entorpecer la salida.
- Meta en María Pita... piel de gallina.
- Poca animación, a pesar de las bandas de música y de ser en el centro de la ciudad. Una pena para un carrerón de estas características.
- Duchas muy lejanas, quizás el punto más negativo de la prueba.
- Aparcamiento lejano, a no ser que pagues el parking o conozcas muy bien la zona.





En resumen, un gran acierto el haber participado (por fin) en una carrera única en nuestra ciudad, una prueba que salvando algunos "detalles" (duchas, aparcamientos...) escala por méritos propios dentro de las imprescindibles de la temporada. Lo de pasarte la semana previa con un montón de nervios, cruzarte a un montón de amigos durante la carrera, cruzar la línea de meta consiguiendo el objetivo y recibir las felicitaciones de tu gente y en especial de mi sobrino... ¡no tiene precio! Si mis piernas y el calendario no lo impiden, intentaré estar de nuevo en la línea de salida en 2017... ¡hasta la próxima!


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