viernes, 25 de marzo de 2016

111ª COMPETICIÓN: TRAIL "ALTO SIL": VOLVIENDO A LA TIERRA

Domingo, 20/3/16, 9:00 h.
Carrera ALTO SIL
Lugar: Santa Cruz del Sil (León)
Distancia: 32.6 km
Desnivel acumulado: 3800 m.
Dificultad: media
Inscripción: 31 euros
Tiempo: 3h 47' 44" (Subida Pico Negro: 26'30")
Tiempo del 1º: 2h 51' 19" (Pico Negro: 17' 30")
Puesto: 86º (de 450)
Avituallamientos: agua, isotónico, fruta, paella..
Trayecto desde Betanzos: 2h 10' - 210 km
Puntuación: 9/10
Repetiría: SI
CLASIFICACIÓN GENERAL
CLASIFICACIÓN SUBIDA PICO NEGRO
"No puede ser". Levanto la mirada después de 300 metros doblando el espinazo y lo veo allá a lo lejos. Imponente. El Pico Negro. Kilómetro 26 de carrera, las piernas quemando y me convierto en el Quijote con los molinos. "¿En serio hay que subir hasta allí?". Vuelvo a agachar la cabeza e intento establecer conversación con el de delante. Pero rebobinemos.

Domingo, 20 de Marzo de 2016. 6:50 h. Ponferrada. Día grande. Desde las 9:04 h. de aquel 15 de Enero donde conseguí mi billete para vivir esta aventura (los 400 dorsales volaron en 9 minutos, claro indicativo de por qué esta carrera fue considerada la mejor del 2015), la fecha quedó marcada en rojo en la agenda.
Toca mirar alojamiento... imposible. Siempre nos quedará Ponferrada. Organizo el viaje con Juanjo y nuestras respectivas y el sábado nos acercamos a la reunión técnica para irnos empapando del ambiente, la zona y nuestros colegas corremontes. Cogemos los dorsales y nos dirigimos al "salón de actos", que más bien era una nevera a pesar de estar llena de gente esperando a que "el maestro" Lolo Díez nos diera unas pinceladas sobre la aventura. Vaya crack. Convirtió la explicación en un monólogo digno del club de la comedia y todos salimos de allí convencidos que la carrera de mañana iba a ser un verdadero reto: mal tiempo, nieve, bajadas imposibles, "el muro", el famoso "Pico Negro"... Vuelta a Ponferrada, carga de hidratos, preparar todo y a dormir.
Ahora sí, me levanto a desayunar mientras Juanjo y las chicas lo hacen en la cafetería del hotel. Yo soy animal de costumbres, me he llevado "lo de siempre" y prefiero no hacer experimentos, no es una prueba cualquiera. Me visto, cojo dorsal y demás y nos vamos a Santa Cruz del Sil. Llegamos con tiempo para aparcar sin problemas en el descampado habilitado cerca de la salida, juntarnos con los compis del CAS (Berto, Felipe, Iago, Maikel y Luis) y colocarnos en la salida (previa visita al baño sacrificando el calentamiento por la comodidad) con los nervios saliendo por las orejas. Por allí están Bruno, Javichín, Miguel, Arca... un montón de caras conocidas del trail gallego. Gran ambiente. El tiempo parece que ayuda y no llueve. Aún así, llevo el cortavientos, los guantes y la cinta, preparado para lo que sea. Eso sí, no llevo hidratación, decido ir "a pelo", hay 6 avituallamientos y creo que será suficiente.
A las 9:03 h. el speaker inicia la cuenta atrás y... ¡acción! Por delante, 32.6 km de puro trail, con una primera subida larga, bajada técnica, subir "el muro", otra bajada técnica, ascenso kilométrico a la Campona (con nieve en los 2 últimos km de ascenso y los primeros 2 km de descenso), bajada a Primout, un poco de llaneo con barro y ríos, escalada al "Pico Negro" y rompepiernas hasta la meta (con final en subida) a Santa Cruz del Sil. Vamos, un paseo. Y yo, sin saber cómo iba a reaccionar mi cuerpo después de 3 días con gripe tumbado en cama. Pero el pistoletazo borra de un plumazo la fiebre, el cansancio y activa los músculos, las ganas... ¡empieza el Alto Sil 2016!
Primer fallo, colocarme detrás de todo con mis compis del CAS. Está bien hacer piña, pero tener que adelantar al pelotón desde el furgón de cola y en subida... toca zigzaguear en las primeras rampas de salida del pueblo, pisamos monte y me abro al exterior, saludando a las chicas que están allí animando, se agradece. Después de 500 metros primer regalo, un repecho estilo "Spartan Race" en el que parecemos hormigas, no hay metro cuadrado libre y casi toca gatear. Lo salvo y sigue la subida, no muy pendiente pero sin calentar tampoco estoy para tirar cohetes. En algunos tramos decido caminar, queda mucho y no quiero fundirme antes de tiempo. En el km 2 veo a lo lejos a Javichín y Bruno, buenas referencias y activo el "modo caza", los cojo en una eterna subida por tierra justo antes de iniciar la primera bajada, técnica y con bastante desnivel, en la que me pasa Bruno como un avión e intento seguir
a Javichín, que es un poco más cuerdo y no baja en modo kamikaze. El descenso es largo y los cuádriceps empiezan a quejarse, mala señal. Aún encima, a 300 metros del final levanto la cabeza y veo "el muro" de frente, se me ponen los ojos como platos, qué pasada. Llego abajo, 50 metros para recuperar piernas y empieza el ascenso al muro, una pared de más de 500 metros en la que es obligatorio poner manos en los cuadriceps y rezar para que se acabe pronto. En mi línea, intento entablar conversación con el típico comentario sobre el tiempo, pero mis compañeros de ascensión no son demasiado simpáticos. Así que aprovecho para quitar guantes, braga, abrir cortavientos... ¡me estoy asando! El tiempo se ha puesto juguetón y de la previsión de lluvia y frío estamos con calor y algún claro. Llegando arriba, escucho muchos ánimos de la gente, son para una chica llamada "Katty", que debe ser de
la zona y aquello parece un final en alto del Tour, un gustazo. Le cantan 3ª chica y ni rastro de las otras 2.... ¡vaya gacelas! Corono, bebo un poco de isotónico y agua y sin tiempo para más, de nuevo otra bajada técnica y pronunciada, de las que bajo pisando huevos con miedo a abrirme la cabeza. Por suerte, no viene nadie cerca y puedo relajarme mirando bien donde piso e intentando que no me exploten los cuadriceps. Se me hace eterna. Aunque finalmente se acaba sin mayores problemas y llegamos a una zona de llaneo picando hacia abajo en donde pasamos un pueblo con bastante animación, un poco de pisteo en donde paso a Javichín que está parado con el tenis en la mano y sobre el kilómetro 7 el desnivel pasa de negativo a positivo, por delante 10 km de ascenso a "La Campona", el punto más alto de la prueba a 1600 metros (estamos a 800). El principio de la subida es bastante suave, por pista y me encuentro bien, gano posiciones y llego a Páramo del Sil, con Patri y las chicas animando sin parar, ambientazo. Subo las famosas escaleras corriendo, imposible andar con la gente gritando a ambos lados, avituallamiento en donde me encuentro a Bruno, bebo otro poco de isotónico y agua (llevo 1h 05', aún es pronto para comer nada) y a seguir. Salimos de Páramo y pisamos monte, senderos estrechos y abro hueco con un pequeño grupo, cazando a otro corredor y 
yéndonos los 2 por delante. Los siguientes 4-5 kilómetros son de fuerza, en los que se puede correr pero que te van vaciando si te pasas con el ritmo. El trote permite apreciar las impresionantes vistas hacia abajo... y hacia arriba, aún queda mucho que subir. Sobre el km 13 empieza a aparecer la nieve a los lados y el desnivel aumenta, toca caminar un poco. Y casi sin darme cuenta el escenario se transforma y me teletransporto a 3 semanas antes en el Castelo. Un manto blanco cubre el suelo y pasamos de trail a marcha nórdica. Por suerte van unos cuántos por delante y las huellas se aprecian sin dificultad. Aún así, un pequeño desvío del camino y hundes la pierna por encima de la rodilla. Levanto la cabeza y se ve la hilera de gente a casi 1 km. La pendiente no es muy pronunciada, intento correr pero el camino es tan estrecho que me tropieza un pie con el otro y desisto. Disfruto del paisaje y el no tener compañía hace que baje el ritmo y me cacen varios corredores. Me pego detrás, corremos los últimos 300 metros y llego con ellos al alto de "La Campona"... ¡vaya marcha! Una cabaña con música a todo volumen es el 3º avituallamiento de la carrera. Me leen el chip (una de las novedades de la prueba, en cada avituallamiento tienes que parar a que te lean el chip, que lo llevas en la muñeca), tomo un gel sin cafeína, bebo y sin tiempo para nada más me vuelvo a hundir en la nieve y después de 200 metros de ligero ascenso termina la subida y para abajo otra vez, corriendo sobre
el manto blanco unos 2 km. Igual que apareció, en un momento desaparece la nieve y sigue la bajada por un sendero estrecho y con piedras resbaladizas. Voy sólo y esto ayuda a que me lo tome con calma, sé que es largo y aún queda un mundo. Se me desata el cordón y la inexperiencia de no querer perder más tiempo hace que vaya incómodo pensando en no pisarlo y en un descuido patino en una piedra y... ¡castañazo! Me quedo en el suelo evaluando daños: dolor en el codo, en el culo, sangre en la mano, en los dedos... respiro hondo y analizo la situación mientras, ahora sí, me ato el cordón. Me levanto y no ha sido grave, por poco. Sigo la bajada a Primout aún con más cuidado y revisando las heridas. Después de otro km lento recuperando sensaciones, llego a Primout, 4º avituallamiento, sólo paro a leer el chip (el hombre se pasa 20" intentando pasar la maquinita), cruzo un pequeño río con el agua por encima de los tobillos (creo que había cuerda, pero ni la vi, sólo en las fotos) y llego a un tramo por bosque "típico gallego", un sube y baja con barro, paso de ríos, piedras... aquí el mayor peligro son los tobillos, así que cruzo los dedos para que en el paso de ríos no haya ninguna piedra que me amargue la carrera. En el barro mis piernas me gritan y piden clemencia. Lo que les queda. Las sensaciones ya no son buenas y los 10 km que quedan van a ser de sufrimiento y esfuerzo, las secuelas de la gripe hacen acto de presencia..
Y después de 2-3 km de "spa gratuito" para mis pies, llego al 5º avituallamiento en la Braña (km 25), me tomo el 2º gel (con cafeína), bebo otro poco y mi pensamiento se centra en el último escollo, que tras 500 metros de monte me encuentro de golpe... "el Pico Negro". ¿Pero es esto? Comienzo a escalar una pequeña montaña llena de piedras, no hay camino y por suerte las cintas están cada pocos metros. Me pego a un chico que se llama Hugo y al levantar la cabeza parece que no será para tanto. Se deben haber equivocado en el perfil. Buff, hay que ser novato. Justo al "coronar" estos 300 metros iniciales aparece el "hors categorie" de la prueba... ¿en serio hay que llegar hasta allí? Espectacular, allá a lo lejos se ve el Pico y una larga hilera de "alpinistas" subiendo hasta la cima. Resoplo un par de veces, agacho la cabeza e intento conversar con Hugo para que no se me haga tan duro. De vez en cuando me regalo una
visual a izquierda y derecha para el disco duro de mis retinas y sigo acercándome al Pico entre piedra y piedra. El ritmo no es malo y llega un momento que ni hablamos porque el esfuerzo no lo permite. Ahora sí, coronamos y me dan ganas de gritar ¡Jerónimo! si no fuera porque quedan 5 km para meta y aún no sé cómo voy a llegar con lo machacadas que llevo las piernas. Me despido de Hugo, que se va alejando desde el inicio del descenso y este primer kilómetro es el más complicado para mí, con un terreno irregular con mucha rama y zanja en donde me tuerzo el tobillo derecho y tengo que parar 15" por el dolor. Ya estoy acostumbrado e intento recuperar la velocidad, pero cada 50 metros el desnivel hace que el dolor se acentúe y tengo que hacer todo el tramo "pisando huevos", casi andando. Por suerte se acaba en el paso por el último avituallamiento en "La Collada" (ni paro) y mis ganas de llegar se multiplican. Voy fundido. Tanto que me pasa un corredor y me pongo a rueda, en "modo acompañamiento", me dejo llevar intentando no pensar en nada. Terreno rompepiernas, pista estrecha con zonas de barro y piedras pero bastante corrible, para darle zapatilla (al que le quedaran fuerzas). Desde hace varios kilómetros, ver la estaca de madera con el kilómetro que pasamos se convierte en un calvario, pero ver el km 30 da un subidón y parece que recupero velocidad, pasando gente y oliendo la llegada. Miro el reloj y el objetivo de 3h 30' tendrá que ser otro año,
ni siquiera el de 3h 45'. Da igual. Lo importante ahora mismo es llegar. Me pego a un pequeño grupo, la pista se anchea y vemos Santa Cruz del Sil a lo lejos. Ilusos. De regalo nos hacen dar una vuelta interminable por el monte, con alguna cuestecilla en la que toca apretar los dientes para no perder posiciones. Sufrimiento gratuito. Bajada chula de 200 metros por una zona de árboles con mucha hoja, giro a la derecha por un sendero estrecho de bajada y pisamos carretera, ya estamos en Santa Cruz y la gente anima. Vamos 5 corredores y no sabemos a qué distancia está la meta. Apretamos, pasamos un pequeño río y ya sin fuerzas nos hacen subir por un tramo estrecho de piedras, barro y agua, caminamos. Ya arriba, la carretera sigue inclinada, troto buscando el arco de meta mientras mis compañeros se escapan, no sé cuánto queda y a lo lejos veo a Patri y el resto de chicas del CAS, se me escapa la sonrisa y me pongo a caminar para saludarlas. Cuando estoy llegando a ellas me gritan para que siga corriendo y que adelante al resto... ¡pero si me da igual y ya están lejísimos! Pero las veo tan animadas que tiro de orgullo y lanzo un sprint en los últimos 50 metros de subida en donde paso a uno y cruzo el arco de meta pegado a los otros 3. La chica me pide el chip para leerlo pero le digo que espere 20" a que encuentre el corazón por el suelo (lo que no sabía es que el tiempo en meta era la última lectura del chip, por lo que aparezco de último 
del grupo). Ahora sí. 3h 47' 44". Puesto 86º. No voy a mentir, esperaba más, creo que "en condiciones normales" podría haber hecho top-50. Ojo, creo. Con la sensación de vacío total y la sonrisa de oreja a oreja me tomo medio plátano y voy a junto de las chicas, ya en procesión de muerto viviente. Les pido las llaves del coche y entre la tiritona y el dolor de patas tardo un mundo en llegar a las duchas. Bien, premio. Agua fría. Perdón, congelada. Así que me resigno a cambiarme de ropa y estirar un poco, intentando recuperar temperatura y movilidad. Parece que la cosa mejora un poco y vuelvo a la zona de llegada, a animar al resto de compañeros del CAS, Berto y Luis que se marcan un carrerón, Felipe que cumple sufriendo en el Pico Negro y Iago, Maikel y Juanjo que llegan puntuales para la paella final, que está espectacular y que a pesar de las pocas ganas me sienta de maravilla.
Y sobre las 16:30 h., con el estómago lleno, el cuerpo pidiendo desconexión y la gente empezando a marcharse, ponemos rumbo a casa recordando las anécdotas y todo lo vivido en una carrera para el recuerdo, que justificó con creces la velocidad en las inscripciones, con un nivelazo y un recorrido espectacular y una organización a la altura de la prueba. Una referencia para muchos años. Confío en volver algún año y disfrutarla aún más... ¡hasta la próxima! ¡ Y qué viva el Alto Sil!

Alimentación en carrera: agua, isotónico, 2 geles (uno sin cafeína, km 16; otro con cafeína, km 24)
Zapatillas: la sportiva ultra raptor
Ropa: calcetines, perneras, mallas pirata y camiseta de manga larga "hoko", cortavientos inov-8 y cinta para la cabeza (braga y guantes el primer kilómetro).
Enfermería: golpes en glúteo, codo y mano, heridas en mano y dedos, rozaduras y esguince de tobillo derecho (leve).


 - Zona habilitada de parking pegada a la salida/meta
- Ambiente espectacular de prueba grande
- Charla técnica muy clara y precisa, con imágenes por zonas
- Avituallamientos y paella final de lujo
- Recorrido increíble, con todos los ingredientes posibles
- Nivel internacional, una pasada correr con los cracks
- Marcaje de 10, imposible perderse y con cada kilómetro señalizado
- Voluntarios y público volcados, un plus a la hora de correr
- Duchas frías, único punto a mejorar de la prueba; llegar reventado y congelarte... como que no. A ver si para el año los vecinos nos alquilan sus duchas... ¡yo pago!
- Tampoco estarían mal unos baños en la salida para los momentos previos a la carrera.
- Lo de tener que enseñar el chip (lo llevaba bajo el cortavientos) en cada avituallamiento tampoco me gustó mucho, pero me imagino que será lo más fiable y seguro.





VÍDEO "ALTO SIL 2016"

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