sábado, 13 de febrero de 2016

MARATÓN DE MONTAÑA A CAMELIA: SUBIENDO LA APUESTA

¡Última hora! Lo que parecía que iba a ser un "plácido" entreno físico y mental de 46 km (en mi 2ª participación en este trail) de cara a los Ultras de este año, parece que se va a convertir en un "llega a meta como puedas, pero entero". Y es que el tiempo tiene estas cosas. Alerta naranja, frío y con el río desbordado porque lleva lloviendo toda la semana.
No, no exagero. La organización ha cambiado el recorrido porque era más fácil hacerlo nadando que corriendo. Así que la mentalidad cambia muy mucho a la hora de afrontar la carrera. Ojo. Las ganas son las mismas, pero en las condiciones que vamos a tener mañana hay que utilizar la cabeza y no arriesgarse a una lesión, que para la semana toca Moaña, la siguiente el ultra de Castelo, etc.
Está claro que nos vamos a divertir un montón y que llegaremos con barro hasta en las orejas, pero confío en no cruzar la meta con hipotermia y alguna lesión. Por el lado positivo, retrasan la hora de salida, saldremos 1 hora más tarde con los del trail corto, así que podré dormir un poco más. También lo acortan 6 km, quedándose en 40; iremos con los del corto hasta el km 22 y luego un tramo nuevo... ¡a la aventura!
No hay nada mejor que pegarse un madrugón para ir a correr 40 km lloviendo, con frío y todo embarrado... jajaja 
No me quejo, si en el fondo me encanta y seguro que será un entreno espectacular para la Ultra de Castelo de finales de mes. Después de la visita a la fisio el miércoles, parece que el soleo está otra vez a pleno rendimiento, aunque no lo he querido forzar mucho por si acaso.
En fin, quedan unas horas para decidir qué ropa llevar (las zapas las tengo claras), qué comer, si llevar o no mochila...
De todas formas, si el año pasado me lo pasé genial siendo una de mis primeras carreras, estoy seguro que una organización que consigue realizar un recorrido alternativo en apenas unas horas por culpa de las condiciones climatológicas va a organizar una fiesta trailera de las buenas. Cruzo los dedos para que el agua de la ducha esté, al menos, templada. Y como seguro que alguno no me cree, os dejo un par de fotos de cómo estarán algunos tramos mañana... ¿me llevaré el neopreno? ¡Hasta mañana!



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