sábado, 20 de febrero de 2016

107ª COMPETICIÓN: II MARATÓN MONTAÑA A CAMELIA: REPITIENDO LA HISTORIA

Domingo, 14/2/16, 9:30 h.
II Maratón de Montaña "A Camelia"
Lugar: Vedra (La Coruña)
Distancia: 41 km (tb. distancia 24 km)
Desnivel acumulado: 2800 metros
Dificultad: media (frío, lluvia, barro)
Inscripción: 20 euros
Tiempo: 4h 12' 21"
Tiempo del 1º: 3h 48' 38" (- 23' 42")
Puesto: 4º de 63
Avituallamientos: agua, isotónico, fruta...
Trayecto desde Betanzos: 50 min. - 76 km
Puntuación: 8/10
Repetiría: SI
CLASIFICACIÓN

A pesar de que tengo la idea clara de no repetir pruebas, la insistencia de mi compi Pablo y el buen resultado del año pasado me hicieron decidirme a probar suerte de nuevo. E igual que el año pasado... me quedé con la miel en los labios. Aquí va la crónica.
7:00 h. Al final no ha sido para tanto. La hora de salida prevista eran las 8:30 h., pero por culpa del mal tiempo cambian circuito y horario, acortándolo en 5 km y retrasándolo 1 hora... ¡perfecto! Como soy igual que un lirón, ajusto al milímetro y después de disfrazarme de trailero y reponer los depósitos de glucógeno salgo disparado a junto de Pablo, 1 horita de viaje y llegamos a Vedra, con el tiempo justo para coger dorsales, poner chubasquero y "aliviar la tensión". Cogemos el bus por los pelos, que nos deja a todos en Ponte Ulla, listos para salir. Allí nos juntamos con mis nuevos compañeros del Club Atletismo Sada Montaña y nos hacemos algunas fotos. Nos deseamos suerte, miro a los gallos del corral (Calvo, Arca, Boga...) y a otros conocidos y así sin calentar con el día bastante frío... ¡acción!
Por delante, 41 km de monte con barro, cielo amenazante y unos cuántos picos que escalar. En la primera recta, casi sin darme cuenta, me coloco de primero junto a Luis Calvo y me digo "Jose, ¿qué estás haciendo?". Falsa alarma, giro a la izquierda, se inclina el pavimento y me pasan las liebres, situándome en torno al puesto 15º. Primer kilómetro en subida, así sin calentar. Y cuando parecía que se acababa... ¡a escalar! Giro a la derecha y a subir el primer pico, en fila de a 1 y con unos cuántos que se aceleran y quieren pasar por donde no se puede.
Yo voy poco a poco, acabamos de empezar, busco referencias no quiero subir a 200 pulsaciones nada más salir. Así que dejo que pasen los revolucionarios y llego arriba reservando un poco. Salimos todos juntos (carrera larga y corta) y es imposible adivinar la posición. Toca una bajada técnica, con bastante barro y aquí sigo perdiendo puestos, aunque algunos se llevan "recuerdos" por arriesgar demasiado. A mitad de la bajada me confío, dejo pasar a un conocido, lo sigo y... nos perdemos! Después de 15 segundos de desconcierto volvemos a subir 100 metros y conectamos de nuevo... ¡qué rabia! Sigue la bajada, me coloco detrás de Javichín y al terminar el descenso vuelvo a coger ritmo, adelanto posiciones y cruzo de nuevo el puente de salida en la otra dirección. No llueve, pero tampoco me sobra el cortavientos, por ahora voy cómodo. Casi sin tiempo a bajar el pulso,
otra vez a subir. Los primeros 10 km son un continuo rompepiernas, con subidas de mano en los cuadriceps y bajadas de "frena que te matas". Buff, ¿esta era la carrera pistera?. Sigo ganando puestos y antes de coronar el Pico Sacro cazo a Bruno, un habitual de los primeros puestos y con el que suelo coincidir últimamente. Nos saludamos, coronamos, bebo un vaso de isotónico y otro de agua y pies para que os quiero. Las vistas son espectaculares, pero no tengo mucho tiempo a levantar la cabeza en otra bajada vertiginosa y con pocos llanos para apoyar los pies. En otra zona de bajada técnica me pasa Bruno como un avión y me saca 1 minuto en un tramo de 500 metros. Novatada que recupero en 2 km de llano, justo antes de iniciar una nueva ascensión de las de resoplar. Aquí fijo otros 2 objetivos y pongo el piloto automático. Cazo al primero antes de acabar la subida y a Víctor, otro habitual de la zona noble, al
iniciar el llaneo y descenso. Nos saludamos, puesto que ya coincidiéramos en el trail de Sada y nos ponemos a charlar para llevar mejor el sufrimiento. Él va a la corta y dejo que tire en las bajadas y yo en los llanos y subidas. Vamos abriendo hueco con los de atrás y, aunque no sabemos el puesto, tenemos que estar bien situados puesto que no se ven corredores. Sobre el km 16 nos equivocamos de camino, pero solamente perdemos 15" en dar marcha atrás y volver a ver las cintas blancas y rojas. Como voy bastante a gusto con él, decido acompañarle hasta el km 20, en donde se bifurcan los caminos, nos tomamos un gel antes del 2º avituallamiento (repito vaso de isotónico y de agua) y sobre el km 18 cazamos a otro corredor que va a la larga. Le decimos que se una, pero se queda un poco rezagado en las subidas, las piernas ya van tocadas con tanto rompepiernas de los primeros kilómetros, con subida 
por una presa espectacular incluida, un tramo de unos 100 m. con barro hasta los tobillos y muchas bajadas cortas y técnicas de poner los 5 sentidos. En el km 20 me despido de Víctor, miro hacia atrás y el otro corredor viene a unos 200 metros. Dudo si esperarle pero veo que va tocado y vuelvo a abrir hueco. Por delante, una nueva carrera, 21 km de "orientación", a ver las veces que me pierdo. Toca correr por el borde del río y ver el desbordamiento que obligó a cambiar el recorrido a última hora. Buff, qué duro. Está todo encharcado y se hace muy difícil correr. Para divertirse aún más, hay que cruzar un túnel de unos 150 metros con el agua por encima de los tobillos, espectacular. Me alejo un poco del borde, vuelvo a coger ritmo y me pierdo. Con la lección aprendida, doy marcha atrás y encuentro la señales, otros 30" de regalo. Aún así, sigo en solitario. Intento distraerme pensando en lo bien que está respondiendo
el cortavientos nuevo, puesto que ha salido un rato el sol, ha llovido, ahora hace frío... y no he tenido mayores problemas en ningún momento. De nuevo en la zona pesada del río, las piernas empiezan a pedir clemencia. Quedan alrededor de 13 km y tengo claro que voy a sufrir. Absorto en mis pensamientos, me paro. No veo las señales. Subo un poco hacia la izquierda y nada. Derecha tampoco. Decido ir de frente y casi sin darme cuenta estoy metido en un zarzal con un montón de pinchos clavados por las piernas. No me queda otra que abrirme paso unos 15 metros en "modo desbrozadora" y echo la moneda al aire. Tiro hacia arriba. Esta vez sale cara. Encuentro el camino después de 4 minutos interminables. Por suerte, la ventaja es grande y no me caza nadie. Por fin vuelvo a un tramo más llevadero y pistero, aunque ahora cada desnivel positivo es un tormento. Además, estoy cerca del 
km 30 y sólo llevo encima 2 vasos de agua, otros 2 de isotónico y un gel. Unos kilómetros más atrás me pareció ver a un hombre con unos botellines de agua en un maletero, pero pensé que era un particular y no paré. En fin... a apretar los dientes. Poco después llego al último avituallamiento, con las fuerzas muy justitas. Me dicen que voy de 5º, subidón de moral para afrontar lo que queda. Tomo el 2º gel, bebo isotónico, agua, me echo una poca por encima y a subir, 100 metros con energía renovada. Peligro. Llego a una carretera y no veo las señales. Levanto la cabeza y a lo lejos veo unas blancas y rojas pero bastante gastadas. Dudo que sean las de la prueba, pero como no veo más tiro monte arriba. Casi 500 metros después dejo de verlas. Grito. Nadie contesta. Con mucha impotencia vuelvo a bajar al cruce. Intento relajarme. Las pulsaciones van a mil. Llevo casi 10' perdido. No veo ninguna otra 
señal, así que vuelvo a tirar hacia arriba. Y me vuelvo a perder. Imaginaros mi cara desbrozando el camino hacia abajo por 2ª vez. Si veo un jabalí me lo como. Ya desesperado, me acerco hasta el avituallamiento y me gritan que es a la izquierda. Cierto, justo al girar están las señales. 15' perdidos y sin saber los que me habrán pasado. No puede ser. Al menos esa mezcla de fastidio, rabia e impotencia me sirven para seguir avanzando y olvidarme del dolor de piernas. Por suerte lo que queda es muy pistero, pero todo lo que pasa de un 5% de desnivel parece una pared. Llevo casi 20 km sin ver a nadie más que a los del avituallamiento, esto es un entreno de orientación en toda regla. Con 4 h de carrera por fin veo a 3 personas a lo lejos. Por mi reloj quedan 2 km, no sé si me dará tiempo a cogerlos. Voy destrozado, pero empiezo a pensar en frases positivas y no sé de dónde saco las fuerzas para ir recortando metros.
300 metros. Ahora los distingo, son 2 corredores y otro señor. Van andando. O se han caído o no entiendo nada. 100 metros. Mis ojos empiezan a abrirse como platos. Son Arca y Luis Calvo con uno de la organización. Les pregunto si ya han acabado y me dicen que no, que siga. Déjà vu. El año pasado, 5 km antes de meta, pasé a Arca que iba lesionado y este año se repite la historia, esta vez con otro crack añadido. Decido seguir apretando, por si vuelven a correr o viene alguien más, dudando en qué posición voy. 1 km después, pensando que aún quedaba más, veo el pabellón a lo lejos y tras 4h 12' de esfuerzo cruzo la meta y entro en el pabellón en... ¡4ª posicion! ¡Otra vez 4º! Y a 3 minutos del 3º... ¿se puede ser más gafe? El alma a los pies. Creo que me merecía un podium. De nuevo a las puertas. Con un bajón considerable y pensando en todo el tiempo perdido, me voy a saludar a mis compañeros del
Sada, que fueron a la corta y se están dando un buen homenaje con boños preñaos, empanada... Hablo un rato con ellos, saludo a Víctor y Bruno y me voy a duchar con un nudo en la garganta. Esto sólo puede pasarme a mí. Duchita, ver la entrega de trofeos y a esperar a Pablo... ¡que llega 1h 30' después! De vuelta para casa, con mis andares de Robocop y mi sentimiento de culpa, espero que una vez en frío sea consciente del carrerón que me ha salido y de que sigo progresando.
Siendo realista, mi "puesto real" si no se hubieran perdido Arca y Calvo (iban de primeros) y si no se hubiera lesionado el chico que quedó 3º en el Trail de Sada yo habría sido 6º, pero quedar otra vez sin premio cuando no has subido nunca a un podium pues... fastidia un poco. En fin, muy contento, las piernas respondieron, no hizo tan mal día como se esperaba y valió "de entreno" para la Ultra de Quiroga. A ver cómo están las piernas dentro de 7 días en Moaña... ¡hasta la próxima!

 - APARCAMIENTO CERCA DE LA SALIDA/META
- BUENA ORGANIZACIÓN, CAMBIARON EL RECORRIDO A ÚLTIMA HORA PERFECTAMENTE
- RECOGIDA DE DORSALES SIN MUCHAS COLAS
- DUCHAS PEGADAS A LA META (aunque el agua templadita y gracias...)
- AVITUALLAMIENTO FINAL MUY BUENO
- BUENA SEÑALIZACIÓN, AUNQUE EN EL TRAMO NUEVO FALTABA ALGUNA MÁS QUE A "MÁXIMA VELOCIDAD" NO SE VEÍA
- INFORMACIÓN WEB CLARA


- AVITUALLAMIENTOS BASTANTE JUSTITOS (4, uno sólo de agua para más de 4 horas de trail...)
- NO DEMASIADO AMBIENTE POR CULPA DEL TIEMPO Y DE QUE LA SALIDA NO ERA EN LA ZONA DE ENTREGA DE DORSALES






EN RESUMEN, OTRO GRAN TRAIL, CON UNA ORGANIZACIÓN MUY BUENA QUE FUE CAPAZ DE CAMBIAR EL RECORRIDO A ÚLTIMA HORA Y QUE CONSIGUIÓ QUE DISFRUTÁRAMOS DE NUEVO DE VEDRA EN UN CIRCUITO ROMPEPIERNAS Y CON UN FIN DE FIESTA EN MODO BANQUETE. AUNQUE EL DÍA NO ACOMPAÑÓ, DE NOTABLE ALTO. Y YO, PENSANDO YA EN LA SIGUIENTE...

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