sábado, 14 de noviembre de 2015

¿EN QUÉ MOMENTO?

Sí, ya sé que este es un blog de triatlón. Y que "nunca" hablo de otras cosas. Pero es que no puedo escribir de tri si mi cabeza no deja de zumbar con el atentado de ayer. ¿En qué momento dejamos de ser personas para convertirnos en bestias salvajes?
Que alguien me lo explique. Nacemos. En Betanzos, China o Estambul. Negro, blanco o amarillo. Católico, del Islam o Budista. Pero los valores son los mismos en todos lados. Cualquiera con 2 dedos de frente (incluso me arriesgaría a decir con 1) sabe lo que está bien y lo que está mal. ¿En qué momento nos da igual apretar un gatillo para quitarle la vida a una persona o inmolarnos con personas inocentes que no saben ni por qué lo haces? 
Y lo más triste es que lo peor no es esto, porque hoy por desgracia todos echamos la vista a París, pero... ¿en qué momento dejó de importarnos la crisis de refugiados que azota Europa y que ya se ha cobrado cientos de vidas? ¿en qué momento hemos empezado a ver como normal la guerra de Siria, la lucha entre israelís y palestinos o las pateras hundidas en las costas griegas, italianas o españolas?
Porque todo esto de solidarizarnos está muy bien, pero pasado mañana todo seguirá como siempre (a excepción de las familias afectadas) y tendremos que esperar "al próximo" para volver a solidarizarnos mientras NADIE HACE NADA por arreglar este "mundo al revés". ¿En qué momento vemos como normal que un país destine más de un tercio de su presupuesto a construir o a comprar armas? ¿en qué momento nos parece normal que todo el mundo pueda tener un arma y en un momento de locura matar a quién le dé la gana? ¿en qué momento podemos ver como normal que salga a correr por Seixo Branco, una ruta chulísima de senderismo, BTT, con niños y demás y me cruce por el camino a más de 6 cazadores con escopetas y perros?
Sí, es verdad, a los poderosos todo esto les da igual. Si el mundo fuera justo, hubiera paz, alegría y todos nos consideraramos iguales no tendrían un ferrari ni vivirían en mansiones. Porque... ¿en qué momento empezamos a ver como normal que a un deportista le paguen millones al año por darle a un balón y un médico que salva vidas o un científico que descubre una vacuna sea mileurista? ¿en qué momento nos empezó a parecer bien que nos quitaran la extra, que subieran los impuestos, las hipotecas, la comida... y no fuimos capaces ni de levantar la voz?
En fin, no me quiero alargar más porque mis dedos llorarían sangre si tuviera que escribir todas las injusticias y barbaridades que suceden actualmente en el mundo. En nuestro mundo. Sí, en el que vives tú. Y yo. Ese en el que cuando naces te ponen un cuño en la frente con el "Tú sí que vales" o "Tú no vales". Ese en el que por nacer en un sitio o ser hijo de otro vales más o menos. Ese en el que dicen que los animales racionales somos nosotros.
Ojalá que esta pesadilla que ocurrió en París ayer sea la última, que en la cabeza de los que manejan los hilos se encienda una lucecita de "podemos cambiarlo" y que las palabras sirvan para que el mundo sea lo que tiene que ser, un lugar seguro, sin fronteras, con unos sueldos justos, donde todos seamos iguales, nos ayudemos unos a otros, juguemos, disfrutemos, convivamos... VIVAMOS.
Voy a seguir soñándolo y creyendo que "sí se puede". Pero de verdad. Por mi parte pondré mi granito de arena intentando educar de la mejor forma posible a mis alumn@s para que sean personas con valores, que disfruten de la vida y que siempre tengan una sonrisa para ellos y para los demás. Por un mundo mejor... ¡hoy Je suis Paris!




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