miércoles, 14 de octubre de 2015

EXPRIMIENDO LA BURBUJA

Indignado. Otra vez. Acabo de leer en el facebook la "crónica de sucesos" de un triatleta en el Ocean Lava de Murcia distancia Ironman. Aún me cuesta creérmelo. Me hacen a mí todo eso en mi debut en un Ironman que llevo preparando varios meses y gastándome unos cuántos euros y lo mínimo es denunciarlos y que la gente lo sepa. Eso sí, no son los primeros que sólo piensan en ganar dinero ni serán los últimos. De un tiempo a esta parte es cierto que disfrutamos de un montón de pruebas "para todos los públicos" en casi todas las ciudades, con un gran ambiente y alto nivel organizativo. Pero, como en todos los sitios, algunos se suben al carro pensando sólo en enriquecerse a costa de los demás. Y en parte la culpa es nuestra. No puede ser que nos inscribamos a las pruebas sin saber recorridos, con cláusulas en el reglamento que les liberan de devolver el dinero si se cancela o 
pagando 300 euros por un half o 600 por un ironman. Está claro que la ilusión mueve montañas. Pero nos están haciendo tontos. En 101 peregrinos agotaron dorsales (más de 1000) en pocas horas, para el tri de Zarautz tienes 5 minutos o vuelan y ese largo etcétera que da, bien es cierto, un toque de categoría a la prueba. Lo malo es que después escuchas a los compañeros decir que se inscribieron con 1 año de antelación (esto me parece lo más fuerte... ¡1 año! Pero si igual ya dejé el triatlón para esa fecha...) y que se lesionaron y no les devuelven ni 1 euro presentando el parte médico, que cambian circuitos y distancias días antes de realizarla o que no dejan ceder el dorsal a otro compañero 2 meses antes aunque no implique ningún gasto ni molestia para el organizador. En fin...
Y repito, sin ánimo de ser pesado. Cada uno que haga lo que quiera. Pero después no nos quejemos. O sí. Creo que va siendo hora de tomar conciencia, "hacer grupeta" y darnos cuenta que nosotros tenemos la sartén por el mango, no decir que sí a todo para participar en las pruebas y plantarnos ante injusticias como no devolver el dinero si no se realiza la prueba o no poder ceder el dorsal a otro compañero antes de la prueba, por no hablar de los precios que pagamos últimamente por "entrenar con gente" durante unas horas. Está claro que si todos nos ponemos de acuerdo y le damos algo de sentido a nuestro deporte, que se está convirtiendo en un negocio, conseguiremos que la burbuja no estalle y, con suerte, seguiremos disfrutando de muchas pruebas con un gran nivel organizativo. Eso sí, sin abusos... ¡hasta mañana!

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